sábado, 3 de noviembre de 2012

Trajano y su Alcatran

 En este articulo, eminentemente ingenieril, proyecto el alma de la Roma imperial. Allí está toda la inteligente civilización del pueblo que utilizó la arquitectura como instrumento de dominación. Así como el arte griego es el culto a la belleza abstracta, el arte romano es esencialmente utilitario, y todavía nos enseña hoy el modo práctico de atraer a los pueblos sometidos a su influjo, poniéndoles sabiamente de relieve las ventajas de la civilización.
La característica esencial de la arquitectura romana es, sobre todo, su racionalidad y funcionalidad. Sin embargo, no debe olvidarse que su deliberada grandiosidad monumental como expresión del poder y superioridad de Roma frente a los pueblos conquistados. La arquitectura romana es heredera de la etrusca y en menor medida de la griega. Su evolución y variedad regional fueron relativamente pequeñas, presentando gran uniformidad debido al apego a principios más o menos estables fijados por el veronés Vitruvio en el siglo I d. de C.
Las ciudades romanas, bien creadas sobre asentamientos indígenas o de nueva creación, exigieron la construcción de grandes obras para salvar ríos, abastecer de agua potable la urbe o facilitar viajes entre esas ciudades. Por ello, algunas de las obras de arquitectura romana más interesantes son los puentes, acueductos y calzadas.
En España, probablemente, los mejores puentes romanos que se conservan son los de Alcántara y Mérida, de perfil horizontal. Sobre esto diremos que la mayor parte de los puentes españoles anteriores al siglo XVII tuvieron base romana, sobre la que se hicieron reformas en época bajomedieval, variando su perfil convirtiéndolo en lomo de asno.    
       
alcatran
Este puente, de severa belleza, que armoniza a maravilla con el paisaje áspero y adusto que le rodea, fue terminado el 105 de nuestra era, reinando el emperador Trajano o mejor dicho Marco Ulpio Trajano (53-117 d.C.), emperador romano (98-117 d.C.), conquistador de la Dacia y Mesopotamia, y primer emperador romano de origen hispano, gobernó con el nombre de César Divino hijo de Nerva, Nerva Trajano Optimo Augusto y también fue llamado César Nerva Trajano Germánico. Nacido en Itálica (cerca de la actual Sevilla, en la Bética), lo más probable es que su familia fuera de origen romano. De joven se instruyó en el Ejército romano y tomó parte activa en las campañas de Hispania, Siria y Germania, durante los reinados de los emperadores Tito y Domiciano. Se distinguió como general de inteligencia excepcional, y en el 91 fue elegido cónsul. En el 97, el emperador Nerva le adoptó y asoció al Imperio.

A la muerte de Nerva, un año después, Trajano, que estaba inspeccionando la frontera romana en Germania, le sucedió como emperador. Sin embargo, no regresó a Roma hasta algunos años más tarde haciendo entonces una entrada triunfal -acompañado de su esposa Plotina- siendo aclamado por la multitud por sus virtudes de modestia y nobleza de espíritu
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Por otra parte el arquitecto director de las obras fue Cayo Julio Lacer y se costearon por una comunidad de 11 pueblos. Varias inscripciones situadas en los pilares y el ático del arco de triunfo central han transmitido a la posterioridad de modo auténtico, con detalles, los datos generales apuntados.

 Consta el puente de seis arcos de medio punto de diferente luz. Las luces libres entre pilas de los centrales son de 26,25 m y 28 m; las de los contiguos a éstos, de 22 m y 22,6 m, y las de los extremos, de 13,2 m y 12,65 m. Los arcos centrales arrancan al mismo nivel y los otros a mayor cota, por su menor luz.

 La longitud total del puente es de 195 m; el ancho entre paramentos de bóvedas, de 8 m; la calzada tiene 5,8 m: las aceras, 1,1 m cada una, ancho que se reduce por el espesor de los pretiles; la altura del puente en el centro, desde el fondo del río hasta la rasante, es de 51 m; la pila central y su contigua de la margen derecha tienen 16,6 m de longitud; 8,3 m de ancho y 30 m de altura. Aguas arriba los tajamares son angulados, y aguas abajo rectangulares, formas que se mantienen constantes hasta el arranque de las bóvedas. Sólo una sencilla moldura recta interrumpe esta severa monotonía.

 Las bóvedas son de doble rosca, de 1,6 m la inferior y de 0,6m la superior. Las bóvedas del centro arrancan sin molduras y sin resalto sensible de separación, casi tangentes al paramento interior de las pilas.

 La mayor longitud de éstas en los tajamares permite la construcción de unos pilares de forma cuadrada de 4,7 m de lado, que se elevan hasta la parte inferior de los pretiles a modo de contrafuertes de los tímpanos. Las otras tres pilas tienen sus alturas reducidas, conforme lo exige el perfil del terreno.

 Una sencilla imposta general corre a todo lo largo del puente y sobre ella se asientan los pretiles de 1 m de altura, con basa, cuerpo y pasamano de coronación.

 Los muros de acompañamiento de ambas márgenes, alterados en las restauraciones, tienen hoy 50 m de longitud. En el de la orilla izquierda y aguas abajo hay una alcantarilla de construcción romana, para un pequeño desagüe afluente.

 Toda la obra es de sillería granítica almohadillada de labra perfecta, sentada en seco y rellena de fábrica concrecionada romana.

 Dos obras accesorias importantes completan este monumento: un arco de triunfo y un pequeño templo, dedicados ambos al emperador Nerva Trajano.

 El arco se alza triunfal en el centro del puente. Sus machones, de 2,9 m de ancho y 3,2 m de espesor, se internan en las aceras, estrechándolas, cortando los pretiles y cargan en más de dos tercios sobre la coronación de las pilastras, que existen sobre las pilas del puente. A la altura de los arranques del arco de medio punto de 5,9 m de luz hay una sencilla imposta, moldurada de dos listeles en retirada. Dos molduras iguales limitan el ático, que se corona con otro cuerpo almenado, torpe adición del siglo XVI, según atestigua el escudo con las águilas de Carlos V. La altura total del arco de triunfo es de 14 m.



 El templo está a la entrada oriental del puente. Su forma no ha sido alterada en las restauraciones y pertenece al tipo llamano in autis. Su planta, de pequeñas dimensiones, es rectangular, y su alzado ofrece a la entrada un pórtico de dos columnas dóricas con basa ática semiempotradas en los muros, que sostienen un arquitrabe monolítico, y sobre éste el frontón de tímpano liso. Dedicado en el siglo XIII a ermita de San Julián, se arrancó de su sitio la antigua ara, y fue a pasar a la villa y reintegrada al templo en el reinado de Isabel II.

 Después de las referencias inscritas en el puente en la época de su erección, nada se sabe de él, hasta el siglo XIII, cuando ya los árabes habían fundado la pequeña villa del cerro próximo.

 El rey Alfonso XI, queriendo sitiarla en 1218, hizo que los caballeros de Calatrava cortasen el primer arco del puente de la orilla derecha, o quizás fuesen los mismos árabes quienes hiciesen esto para defenderse, quitando sólo sesenta sillares. Esta noticia se tiene por testimonio de D. Pedro Barrantes Maldonado, y por él se sabe que continuó así hasta el siglo XVI.


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